En 1984, el mundo tecnológico se iluminó con el lanzamiento de la Macintosh de Apple. Ese mismo año nació TED (que significa Technology, Entertainment, Design) en Monterey, California, y rápidamente se volvió el evento más cool y brillante para las mentes más agudas.
En 2001, cuando TED parecía estar muerto debido a la crisis de las puntocom, Chris Anderson lo compró por $14 millones y lo transformó en una comunidad global con ideas potentes y acceso libre en internet. Aunque tuvo sus tropiezos durante la pandemia, TED sigue más vivo que nunca.
Cambio en la cúpula
Después de casi 25 años liderando TED, Anderson pidió que alguien con nuevas ideas y recursos tomara las riendas. La respuesta fue masiva: 100 postulantes, desde fundaciones, universidades, magnates y medios, algunos valorando TED en ¡mil millones de dólares!
El 15 de octubre, TED anunció que su nuevo “guardián de la visión” será Sal Khan, fundador de Khan Academy, la plataforma educativa online gratuita, y Logan McClure Davda, “jefe de impacto”, será el nuevo CEO. Anderson se queda, pero se enfocará en la filantropía y recaudación de fondos. Khan seguirá dirigiendo Khan Academy y no recibirá sueldo del TED.
Un matrimonio con propósito
TED y Khan Academy ahora colaboran para unir sus fuerzas en la edu-tech. Khan trabaja con videos para niños, TED para adultos, y también tienen áreas especializadas para capacitar ejecutivos en liderazgo y más. Juntos, pretenden ser un antídoto contra la desinformación y la avalancha de AI dudosa en internet.
¿Por qué importa TED?
Aunque algunos ven a TED como un paraíso de utopías bonitas, su impacto es real: cristalizar grandes ideas en charlas cortas que se pueden ver gratis, sin anuncios molestos. TED también abrió su marca para eventos independientes (TEDx) y moviliza miles de voluntarios para traducir sus charlas en varios idiomas. Su Proyecto Audaz canaliza mil millones de dólares al año a emprendedores sociales con soluciones concretas.
¿Qué sigue?
En tiempos de polarización y menos fondos para causas progresistas, TED enfrenta el reto de reinventarse para seguir siendo relevante, especialmente en la explosión de videos ultracortos de plataformas como TikTok. Pero la unión de dos gigantes de la educación digital promete ampliar su impacto.
En 2013, The Economist dijo que Sal Khan podía ganar un Nobel de la Paz por liderar la institución educativa más grande del mundo, con más de 100 millones de usuarios anuales. Ahora, en el clásico estilo TED, Khan debe producir un final feliz para esta historia.