Starbucks acaba de entregar el volante de su negocio en China a un socio local y el mercado ve señales encontradas: la etiqueta de $4,000 millones luce barata frente a la narrativa oficial de “más de $13,000 millones” de valor total, pero el acuerdo podría ser el catalizador que necesitaba en el mercado cafetero más competitivo del mundo.
Lo esencial
Estructura: Starbucks formará un joint venture donde Boyu Capital tendrá hasta 60% y Starbucks 40%, manteniendo marca e IP bajo un contrato de licencia; el valor empresa “cash-free, debt-free” de la operación minorista en China se fija en ~$4,000 millones.
Doble narrativa de valoración: además de los hasta $2,400 millones de efectivo que recibiría por la venta, Starbucks afirma que el “valor total” de su negocio minorista en China superará $13,000 millones al sumar el valor de su 40% retenido y el valor presente de regalías/licencias; no dio supuestos detallados, lo que alimenta dudas.
Contexto competitivo: Starbucks perdió cuota en China (de ~34% en 2019 a ~14% en 2024) frente a rivales locales de bajo precio como Luckin y Cotti, con agresivas promociones y expansión masiva; Boyu aportaría ejecución local, expansión a ciudades de menor nivel y eficiencia operativa.
Por qué ahora
Crecimiento enfriado: China se volvió un lastre por presión competitiva y sensibilidad de precio del consumidor; la compañía venía acelerando surtidos locales y algunos ajustes de precio, pero las ventas comparables apenas rebotaron 2% en el trimestre a junio después de estar estancadas.
Playbook probado: McDonald’s vendió el control de su negocio China en 2017 a socios locales (incluido CITIC) y luego triplicó su base hasta 7,000+ tiendas; Starbucks quiere replicar esa curva con Boyu y pasar de ~8,000 a “hasta 20,000” ubicaciones con capital y know-how local.
La “brecha” de valoración
Múltiplos: el JV se valora a ~8x EBITDA 2025E (~$500 millones), muy por debajo de Starbucks corporativo (~17x) y de Luckin (~11x OTC), lo que sugiere descuento por riesgo China/competencia/regulatorio.
La aritmética de $13,000 millones: para llegar a esa cifra, Starbucks suma efectivo de la venta, valor de su 40% (implícitamente a un múltiplo superior al usado para el 60% de Boyu si se asume crecimiento/optimización) y el NPV de royalties y otras tasas de licencia; la falta de supuestos explícitos deja la sensación de opacidad.
Lectura del mercado: la reacción inicial (caída de la acción) refleja escepticismo sobre si el “extra shot” de licencias compensa una valoración base tan baja del negocio operativo.
Qué gana Starbucks
Capital y foco: monetiza parte del activo, aligera riesgo operativo y regula el capex de la expansión, mientras conserva la marca y un 40% con potencial de revalorización si Boyu ejecuta bien.
Royalty machine: un flujo más predecible de licencias puede estabilizar márgenes y caja en un mercado volátil, a cambio de ceder control y parte del upside.
Ventaja local: Boyu, con redes y experiencia en consumo minorista en China, puede acelerar aperturas en ciudades de menor nivel, optimizar ubicaciones y localización de producto, y navegar regulación.
Qué arriesga
Dilución del control: pasar a minoría implica depender del socio para la ejecución del “tercer lugar” y la experiencia de marca que define a Starbucks; el reto es no commoditizarse frente al “latte a 9.9 yuanes”.
Señal de debilidad: vender control a 8x EBITDA puede verse como capitulación táctica frente a la presión de rivales locales; si la expansión no se materializa o erosiona la experiencia premium, el 40% retenido y las regalías valdrán menos.
Riesgo macro y regulatorio: consumo cauteloso, preferencia por marcas locales y potenciales cambios regulatorios pueden frenar la promesa de 20,000 tiendas.
Señales a vigilar en 12-24 meses
Unit economics: ticket promedio, margen tienda y payback de nuevas aperturas en ciudades de menor nivel; si Boyu baja precio sin destruir margen, es buena señal.
Mix y localización: qué tan rápido crece el surtido local y bebidas de alto margen (té/mezclas) frente al café tradicional, y su impacto en tráfico y fidelidad.
Flujo de regalías: disclosure de la tasa efectiva de royalty y su progresión conforme escale el parque de tiendas; mayor transparencia reduciría la “brecha” de valoración percibida.
Comparables McDonald’s: cadencia de aperturas, eficiencia operativa y NPS como espejo del caso CITIC; si el ritmo de aperturas y el ROIC convergen al benchmark, la tesis se refuerza.
En resumen:
Qué está pasando: Starbucks vende el control de China a Boyu por $4,000 millones y se queda con 40% y las licencias; dice que el negocio “vale” $13,000 millones si sumas todo.
Por qué importa: China es su segundo mercado y el mayor campo de batalla del café; la jugada cambia el perfil de riesgo-retorno y puede destrabar crecimiento con músculo local.
El catch: la valoración base luce baja y la matemática para llegar a $13,000 millones es poco transparente; el éxito depende de que Boyu replique el playbook McDonald’s sin diluir la experiencia premium.
Qué mirar: aperturas netas, rentabilidad por tienda, transparencia de royalties y tracción en ciudades de menor nivel; si esos KPIs se mueven en la dirección correcta, el 40% retenido y las regalías pueden justificar la narrativa de “valor total”.



