Cometer un error que dañe la relación con tu jefe puede ser una experiencia desmoralizante. Sin embargo, no todo está perdido. La forma en que respondes a la situación puede redefinir tu carrera profesional. La historia de Alex lo ejemplifica con claridad: tras enviar por error un correo crítico a su jefa, enfrentó las consecuencias del quiebre de confianza y trabajó para repararla con pasos estratégicos y humanos.
1. Reflexiona antes de actuar.
Reaccionar impulsivamente solo empeora las cosas. Es esencial hacer una pausa para analizar objetivamente lo sucedido, identificar la raíz emocional del error y cómo pudo haber sido percibido. Alex entendió que su frustración venía de sentirse desvalorizado en experiencias laborales anteriores, lo que amplificó su reacción frente a su jefa. Reconocer esto le permitió asumir su responsabilidad sin culpar a otros.
2. Habla cuanto antes.
Evitar la conversación solo alimenta la tensión. Alex pidió hablar con su jefa 24 horas después del incidente, mostrando madurez y urgencia. Una comunicación oportuna demuestra compromiso con la relación y evita que el problema se agrave o se malinterprete.
3. Asume tu responsabilidad sin excusas.
Cuando te equivocas, asume tu parte sin justificaciones. Alex ofreció una disculpa clara y concisa: “Reconozco que mi correo fue inapropiado. Dejé que la frustración me dominara y lo asumo.” No intentó explicar más allá ni desviar la culpa. Esta honestidad refuerza la integridad, que es más valorada que la inseguridad.
4. Propón un camino hacia adelante.
No basta con disculparse. Es necesario presentar soluciones. Alex expresó su intención de comunicar sus preocupaciones de forma directa y pidió retroalimentación: “Estoy abierto a sugerencias para mejorar nuestra colaboración.” Esta disposición abre la puerta a un diálogo real y a una reconstrucción de la relación.
5. Reconstruye la confianza con acciones.
La confianza se restaura con el tiempo y coherencia. Alex adoptó una actitud profesional constante: preparándose para las reuniones, regulando su tono, apoyando prioridades del equipo y mostrando interés genuino por mejorar. Pequeños gestos cotidianos pueden cambiar la percepción que otros tienen de ti.
En reuniones posteriores, Alex ya no reaccionó a la defensiva. Esperó su espacio 1:1 para preguntar y entender las decisiones de su jefa. Así, dejó atrás la emoción y priorizó el vínculo. Porque, como señala Marlo Lyons, lo que define tu carrera no es el error, sino cómo respondes ante él.
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Sobre los autores:
Marlo Lyons es coach ejecutiva, de equipos y de carrera, además de anfitriona del programa Work Unscripted. Puedes contactarla a través de marlolyonscoaching.com.



