La Historia
Por primera vez en lo que parece una eternidad, hay una nueva conversación en México: el país se está volviendo (un poco) menos mortal.
Después de años de titulares horribles y un promedio de más de 30,000 asesinatos al año, la tasa de homicidios finalmente está bajando. La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, y su popularísimo jefe de seguridad, Omar García Harfuch, están cambiando el guion. Pero, ¿es este el inicio de un verdadero cambio o solo un breve respiro?
Explícamelo... ¿Qué Están Haciendo Diferente?
Recordemos que el predecesor de Sheinbaum, AMLO, tenía la política de “abrazos, no balazos”. Sheinbaum, aunque es su mentora, ha adoptado un enfoque... digamos, más práctico.
El cerebro de la operación es Omar García Harfuch. Si ese nombre te suena, es porque era el jefe de seguridad de Sheinbaum cuando ella era alcaldesa de la Ciudad de México, donde la tasa de homicidios cayó un 40%. Es tan popular que la gente todavía tiene calcomanías en sus autos que dicen “#ElBuenoEsHarfuch”.
Y su compromiso es legendario: en 2020 sobrevivió a un intento de asesinato en el que sicarios dispararon más de 400 balas contra su convoy.
Ahora, como ministro de seguridad de la nación, está aplicando su método:
Datos, no drama: El equipo de Harfuch está obsesionado con los datos y la inteligencia.
Arrestos “inteligentes”: En lugar de solo perseguir a los “capos” (que a menudo desata más violencia), se están enfocando en los sicarios más violentos y, crucialmente, en los operadores logísticos y lavadores de dinero.
Menos armas: Las incautaciones de armas de fuego se han más que duplicado.
Entonces, ¿Están Funcionando los Números?
Sí, pero depende de a quién le preguntes.
El gobierno de Sheinbaum celebra una impresionante caída del 32% en la tasa de asesinatos en su primer año. Un análisis de The Economist es más conservador, situando la caída en un 14%.
Y si ampliamos la mira para incluir feminicidios y las miles de desapariciones (donde muchas víctimas terminan en fosas clandestinas), la caída es de un 6%.
Seamos claros: una caída del 6% o del 14% no es para hacer una fiesta. El país sigue en camino de tener 24,300 asesinatos este año, una cifra “horriblemente alta”. Pero la diferencia clave es esta: por primera vez en años, la flecha apunta hacia abajo.
Caso de Éxito: Zacatecas
Para ver la estrategia en acción, mira a Zacatecas. Hace unos años, era el estado más violento de México, un campo de batalla por rutas de migrantes y drogas.
En el último año, su tasa de homicidios ha caído más que la de cualquier otro estado. ¿Cómo?
Limpiaron la casa: Despidieron a policías corruptos.
Contrataron inteligentemente: Trajeron nuevos policías de otras partes de México, para que tuvieran menos miedo de que los cárteles atacaran a sus familias locales.
Crearon fuerzas especiales y unificaron el mando.
¿El resultado? La confianza está subiendo. Los ciudadanos han empezado a denunciar crímenes otra vez, algo impensable cuando la policía y los criminales eran lo mismo.
El Gran “Pero”: Sinaloa
Si Zacatecas es la historia de éxito, Culiacán, Sinaloa, es la cruda realidad.
El estado es el hogar del cártel más famoso del mundo, y desde finales de 2024, ese cártel está en una guerra civil. Hay más de 11,000 tropas federales en el estado, y no han podido detener la violencia. De hecho, la tasa de asesinatos allí se ha triplicado.
Las fuerzas de seguridad, incluso con drones y convoyes blindados, han fracasado en arrebatarle el control del estado a los narcos. Apenas pueden asegurar las carreteras principales.
¿Cuál es el Verdadero Problema?
Sinaloa ilustra los obstáculos gigantescos que Sheinbaum heredó, pero también los problemas que ella misma está creando.
Problema 1: Policías débiles. No se puede ganar una guerra contra ejércitos criminales con policías municipales que ganan 16,000 pesos ($870 dólares) al mes, o peor, un tercio de eso. 400 municipios en México ni siquiera tienen una fuerza policial local.
Problema 2: El Presupuesto (El que nos hace dudar). Aquí está el verdadero “rasca-cabezas”. A pesar de todo este éxito, Sheinbaum asignó menos del 1% del presupuesto 2026 al ministerio de seguridad. Peor aún, sus fondos caerán un 18% desde 2025. ¿Qué tan seria es la estrategia si le estás cortando el dinero a tu estrella?
Problema 3: La Política de Siempre. Sheinbaum ha sido valiente al ir tras una red de robo de combustible protegida por militares (¡!) y arrestar a un vicealmirante. Pero... no ha hecho nada públicamente para investigar al gobernador de Sinaloa (de su propio partido, Morena), a pesar de “acusaciones creíbles” de que tiene lazos con los cárteles. Suspiro.
En resumen
México tiene, por primera vez en mucho tiempo, una estrategia de seguridad inteligente y un líder (Harfuch) que la población realmente apoya. Y está funcionando... un poquito.
Pero el problema no se solucionará en un sexenio. El país sigue estando “profundamente en deuda con los gánsteres”. Con cárteles atrincherados, policías locales inexistentes y una aparente falta de voluntad política para financiar la lucha o investigar a los amigos del partido, esta racha de buenas noticias se siente terriblemente frágil.


