¿Mata el trabajo remoto la cultura empresarial? Depende de qué tipo de cultura se quiera construir
Desde que finalizó la pandemia, muchos líderes empresariales han instado a sus empleados a regresar a las oficinas. Pero más allá de las métricas de productividad, el verdadero argumento suele ser la cultura corporativa. Dara Khosrowshahi, CEO de Uber, lo dijo claramente: no se trata solo de productividad, sino de construir la cultura que impulsará la próxima fase de crecimiento. Amazon también ha sido enfático: sus empleados deben volver cinco días a la semana para fomentar la creatividad y la colaboración.
¿Realmente fortalece esto la cultura de una empresa? La respuesta, según un análisis reciente, depende del tipo de cultura que se intente fomentar. Aunque la cultura corporativa es un concepto escurridizo, investigaciones han demostrado que los valores y normas compartidas por los empleados influyen en la innovación, rentabilidad y desempeño en el mercado.
Los defensores del regreso a la oficina argumentan que la espontaneidad y la colaboración sufren cuando se trabaja desde casa. Un estudio sobre 61,000 empleados de Microsoft reveló que el trabajo remoto durante la primera mitad de 2020 los volvió más aislados y menos dinámicos. Además, la integración de nuevos empleados es más complicada sin la presencia de colegas que puedan apoyarlos directamente.
Sin embargo, la mayoría de los empleados prefiere trabajar al menos parte del tiempo desde casa. Investigadores como Mark Ma de la Universidad de Pittsburgh encontraron que obligar a los trabajadores a volver a la oficina tras la pandemia disminuyó su satisfacción laboral y aumentó la rotación, sin mejoras claras en el rendimiento empresarial.
Para evaluar el impacto de las políticas laborales en la cultura empresarial, se combinaron dos fuentes clave: CultureX, una firma de investigación que analiza indicadores culturales basados en reseñas de Glassdoor, y Work Forward, que rastrea las políticas de trabajo remoto en más de 13,000 empresas a través del Flex Index.
El análisis reveló que las empresas con políticas estrictas de oficina obtienen mejores puntuaciones en “agilidad”, es decir, la capacidad de anticipar y responder rápidamente a cambios del mercado. Estar en la oficina facilita el acceso a la información y la adaptabilidad, explica Charlie Sull, cofundador de CultureX.
No obstante, estas empresas también recibieron peores valoraciones en apoyo al empleado, calidad de liderazgo, toxicidad, sinceridad y equilibrio entre vida laboral y personal. En otras palabras, fomentar la agilidad puede venir acompañado de un deterioro en otras áreas importantes de la cultura empresarial.
Aunque el análisis no es concluyente —las empresas menos preocupadas por el bienestar de sus empleados también pueden ser las menos flexibles—, los resultados ofrecen pistas valiosas. Empresas como NVIDIA, SpaceX y Tesla puntúan alto en agilidad, pero exigen sacrificios importantes en términos de equilibrio laboral.
Cinco años después de la pandemia, las empresas aún buscan el equilibrio adecuado entre trabajo presencial y remoto. A medida que el poder vuelve a los empleadores por la desaceleración del mercado laboral, muchos podrían verse tentados a imponer más tiempo en la oficina en nombre de la cultura. Pero los datos sugieren que este enfoque puede tener un costo significativo.



