En el reino animal, las señales de sumisión son evidentes y variadas. Los chimpancés de menor rango, por ejemplo, emiten un sonido llamado pant-grunt al saludar a un dominante. Los langures de Hanuman presentan sus partes traseras, y las hienas manchadas de ambos sexos, al igual que las gallinas, tienen sus propias formas de demostrar su lugar en la jerarquía. Sin embargo, en las organizaciones humanas, estas señales de sumisión se presentan de manera más sutil, pero igualmente significativas.
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