La empatía es una habilidad de liderazgo innegociable. Aprende cómo practicarla.
En tiempos de turbulencia, la credibilidad de los equipos ejecutivos se tambalea. Descubra cómo reconectar con sus stakeholders y fortalecer su liderazgo.
La investigación reciente revela una preocupante tendencia: la confianza de los stakeholders en la capacidad de sus equipos de liderazgo para navegar la volatilidad y la incertidumbre está en mínimos históricos. A diferencia de los desafíos organizacionales o de mercado rutinarios, donde la experiencia pasada ofrece una guía, la naturaleza sin precedentes de las disrupciones actuales exige un nuevo enfoque. Desde los consejos de administración hasta la alta dirección y los empleados, existe una percepción generalizada de que los líderes luchan por equilibrar las demandas de diversos grupos de interés y priorizar los intereses de la empresa por encima de los suyos.
Esta erosión de la confianza se alimenta de múltiples factores interconectados. Los cambios abruptos en las políticas, impulsados por la inestabilidad política global, obligan a los líderes a mantenerse ágiles y adaptables en medio de regulaciones en constante evolución. La volatilidad en prioridades clave como la diversidad, equidad e inclusión (DEI), la fijación de precios y el abastecimiento de la cadena de suministro exige decisiones rápidas con información limitada. Las tensiones geopolíticas y los conflictos internacionales amenazan la estabilidad del mercado y las cadenas de suministro, lo que requiere una gestión proactiva de riesgos. Finalmente, el aumento del activismo político y las tensiones sociales exponen a los ejecutivos a riesgos personales, lo que subraya la necesidad de medidas de seguridad robustas para proteger el liderazgo y mantener la estabilidad organizacional.
La particular dificultad de esta nueva ola de incertidumbre radica en su carácter inédito. Los equipos de liderazgo inevitablemente tropezarán al intentar encontrar su camino en un terreno desconocido, y estos titubeos pueden erosionar aún más la confianza. Mientras tanto, los stakeholders buscan desesperadamente darle sentido a lo desconocido, esperando respuestas incluso cuando no las hay.
Si bien la incertidumbre puede persistir y la información puede evolucionar, los equipos de liderazgo deben estar preparados para adaptarse y comunicar su proceso de pensamiento a medida que se desarrollan los acontecimientos. Aquí presentamos seis estrategias clave para mantener y fortalecer la confianza en la capacidad del equipo para liderar en medio de la turbulencia:
Alinear las decisiones con los valores organizacionales y comunicarlas de esa manera. En un clima geopolítico polarizado, el escrutinio sobre las acciones del liderazgo se intensifica. Los líderes que consistentemente basan sus decisiones en los valores y principios éticos de la organización cultivan una credibilidad duradera. Comunicar explícitamente la conexión entre las decisiones y los valores subyacentes refuerza la confianza y demuestra un compromiso genuino con los principios fundamentales de la empresa.
Modelar un aprendizaje rápido. Reconocer abiertamente que se están enfrentando situaciones sin precedentes es crucial. Un equipo que demuestra una capacidad de adaptación visible ante el cambio inspira confianza en su habilidad para mantenerse ágil y no defensivo cuando las circunstancias vuelvan a cambiar. Compartir activamente lo que se está aprendiendo, cómo se está aprendiendo y cómo se aplica ese nuevo conocimiento fomenta la transparencia y la humildad, cualidades esenciales para el liderazgo en tiempos de incertidumbre.
Cultivar la seguridad psicológica dentro del equipo. Fomentar puntos de vista divergentes y un diálogo abierto fortalece la toma de decisiones. Crear un espacio donde se valoren las diversas perspectivas evita las cámaras de eco y el pensamiento grupal. Los equipos que normalizan el desacuerdo constructivo y la curiosidad señalan madurez emocional y apertura, características que los demás interpretan como fortaleza. Sin esta seguridad, la reticencia y la resistencia pasiva pueden erosionar la confianza más rápidamente que cualquier desacuerdo.
Ventilar internamente y presentar una voz unificada al mundo exterior. Además de fomentar la disidencia constructiva dentro del equipo de liderazgo, es fundamental crear un espacio seguro para expresar frustraciones y ansiedades internamente. Sin embargo, una vez que se acuerda un mensaje, el equipo debe presentarlo de manera cohesiva y sin fisuras al mundo exterior. Cualquier signo de desalineación invita a la especulación, la división y la erosión de la confianza en la unidad del liderazgo.
Fortalecer la colaboración interfuncional. Las presiones externas intensificadas pueden llevar a los líderes a atrincherarse en sus propios departamentos o regiones. Un liderazgo aislado genera ineficiencia y socava la confianza en toda la organización. Los equipos de alto rendimiento derriban barreras y alinean esfuerzos entre funciones, fomentando la unidad en tiempos de discordia externa. La colaboración fluida demuestra un propósito compartido y una ejecución coordinada, elementos cruciales para mantener la fe de los stakeholders.
Liderar en voz alta con contexto. Permitir que los demás comprendan el proceso de pensamiento detrás de las decisiones genera confianza y fomenta el aprendizaje. "Liderar en voz alta" implica compartir las consideraciones, las incertidumbres y el razonamiento detrás de las decisiones. Proporcionar contexto ayuda a prevenir la formación de narrativas erróneas y profundiza la confianza, incluso cuando no hay un acuerdo total. La transparencia en el "cómo" y el "por qué" de las decisiones es fundamental para mantener la credibilidad.