Es tentador pensar que invertir en Inteligencia Artificial Generativa se traducirá automáticamente en un aumento visible en el estado de resultados. Sin embargo, como muestra esta infografía de Brieffy, existe una desconexión crítica entre la “rentabilidad potencial” y la “rentabilidad realizada”.
Las ganancias de eficiencia teóricas a menudo se disipan a lo largo de la cadena de valor. No basta con implementar la tecnología; el valor se pierde si los empleados no están capacitados para adoptarla, si los recursos liberados no se redirigen a tareas de mayor valor, o si la estructura organizacional no se rediseña para capitalizar estos nuevos procesos.
Para cerrar esta brecha, la responsabilidad no es solo del departamento de TI. Requiere una alineación estratégica liderada desde la C-suite para asegurar que cada eficiencia lograda se convierta en una ventaja competitiva real y monetizable.



