Hace un año, el gobierno chino impulsó un rally en su bolsa mediante recortes de tasas, relajación de reservas bancarias, y facilidades para recompra de acciones y apalancamiento institucional. El índice Shanghai Composite subió 40%, impulsado inicialmente por promesas de estímulos fiscales y avances en inteligencia artificial, y más tarde por medidas para frenar guerras de precios.
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