Estados Unidos sigue atrapado en una nostalgia industrial que poco tiene que ver con su presente económico. Desde discursos presidenciales que evocan fábricas repletas hasta promesas de restaurar el empleo industrial, muchos líderes políticos insisten en revivir un pasado que ya no existe. Sin embargo, los datos muestran que aunque la producción manufacturera ha crecido, los trabajos industriales tradicionales han desaparecido o se han transformado radicalmente.
El espejismo del resurgimiento manufacturero
En los años 70, casi una cuarta parte de los trabajadores estadounidenses estaban empleados en la manufactura. Hoy, menos del 10% trabaja en ese sector, y solo un 4% lo hace realmente en el piso de la fábrica. Incluso si se lograra cerrar el déficit comercial de $1.2 billones y se repatriara toda la producción, se crearían unos 3 millones de empleos, una fracción mínima del total. Además, el costo sería altísimo: hasta $200,000 por puesto, si se lograra mediante aranceles.
La tecnología y la automatización han hecho que las fábricas actuales sean intensivas en capital y personal técnico, no en mano de obra no calificada. Las tareas repetitivas ahora las hacen máquinas, no millones de obreros ensamblando teléfonos.
Los nuevos empleos para la clase trabajadora
Los empleos con características similares a los de fábrica en los años dorados ya no están en la industria. Hoy, el equivalente se encuentra en oficios calificados como electricistas, mecánicos, técnicos de reparación o trabajadores de seguridad. Estas profesiones:
- No requieren título universitario. 
- Pagan un salario medio de $25 por hora. 
- Tienen altas tasas de sindicalización. 
- Son fundamentales para modernizar la infraestructura del país. 
Más de 7 millones de estadounidenses trabajan en estos oficios. Otros 5 millones lo hacen en mantenimiento y reparación. Aunque no forman comunidades industriales como en el pasado, su impacto agregado es significativo y creciente.
El futuro se aleja aún más de las fábricas
Según proyecciones oficiales, los oficios calificados y técnicos crecerán un 5% en la próxima década, mientras que los empleos manufactureros seguirán cayendo. Las mayores tasas de crecimiento se verán en áreas como health-care support y personal care, con aumentos del 15% y 6%, respectivamente. Aunque estas ocupaciones pagan menos, concentran gran parte del empleo futuro sin necesidad de título universitario.
Como advierte el economista Dani Rodrik, el verdadero desafío no es resucitar viejos empleos, sino aumentar la productividad de los que sí están creciendo, quizás mediante el uso de AI en el cuidado de personas o el diagnóstico médico.
De la tierra a la fábrica… y más allá
Thomas Jefferson veía la agricultura como la base de la república. En el siglo XX, esa mística se trasladó a la industria. Pero, como ocurrió con el campo, la manufactura deja de ser un empleador masivo a medida que la riqueza y la tecnología avanzan. El corazón de la clase trabajadora estadounidense late hoy en otros lugares.



