De la fila de juguetes a un Parque Temático: ¿Puede Pop Mart convertirse en el Disney de China?
La Historia
Es posible que no hayas oído hablar de Pop Mart, pero probablemente hayas visto su creación estrella: Labubu, la muñeca con una sonrisa pícara y orejas de conejo. Esta compañía china de juguetes ha pasado de ser una desconocida a un fenómeno global, con gente haciendo filas en 40 países. Ahora, tienen un nuevo plan: no solo quieren venderte juguetes, quieren ser el próximo Disney.
Explícamelo... ¿Cómo Pasó Esto?
Pop Mart se hizo de oro con una estrategia de marketing genial (y un poco adictiva): las “cajas ciegadoras” (blind boxes).
Piénsalo como las tarjetas de Pokémon o los cromos, pero para juguetes de diseño. No sabes qué personaje te va a tocar hasta que abres el paquete. Esto desató una fiebre coleccionista, creando un mercado de reventa de locura. Algunas figuras raras, como un Labubu llamado “Chestnut Cocoa”, llegaron a costar 1,500 yuanes ($210) en junio.
Los resultados han sido una locura.
Ventas: Aumentaron un 245% interanual en el último trimestre.
Valor: Su capitalización de mercado alcanzó los $38 mil millones.
En perspectiva: Eso es más de tres veces el valor de Sanrio (la empresa detrás de Hello Kitty) y casi siete veces el de Mattel (el hogar de Barbie).
Lo más importante es que Pop Mart ha roto el molde. Es una marca de consumo china que no solo está vendiendo en el extranjero, sino que está triunfando en países ricos, algo que muchas marcas chinas solo podían soñar.
Todo lo que Sube... ¿Tiene que Bajar?
Con tanto éxito, los inversores están empezando a ponerse nerviosos. ¿Es esto una burbuja al estilo de los Beanie Babies?
Las acciones de Pop Mart han caído un tercio desde su punto máximo en agosto. La gran señal de alarma para algunos fue que el precio de reventa de ese Labubu de $210 se desplomó a la mitad (unos 780 yuanes).
¿Significa esto que la gente se está aburriendo? La respuesta corta es: no realmente.
El problema no era la demanda; era la oferta. Pop Mart simplemente no podía fabricar las muñecas lo suficientemente rápido. Las tiendas se quedaban sin existencias, obligando a los compradores a unirse a colas digitales que duraban semanas. Esto, por supuesto, solo aumentó la publicidad.
El vacío fue tan grande que aparecieron emprendedores vendiendo los juguetes a precios inflados y un próspero mercado de falsificaciones (apodadas “Lafufus”).
Ahora, Pop Mart está solucionando el problema: para fin de año, habrán multiplicado por diez su capacidad de fabricación. El precio de reventa está cayendo porque, bueno, ahora puedes comprar uno. Y según los informes, los nuevos lanzamientos se siguen agotando al instante.
El Verdadero Desafío: El Plan “Barbie”
La verdadera pregunta no es si la gente sigue queriendo a Labubu. Es si Pop Mart puede ser algo más que “la compañía de Labubu”.
El momento de la película Barbie de 2023 no podría haber sido mejor. Mattel demostró que un juguete popular puede ser el punto de partida para una franquicia de entretenimiento que genera miles de millones. Pop Mart estaba tomando notas.
Saben que la moda de las cajas ciegadoras no durará para siempre, así que están siguiendo el manual de Disney:
Nuevos Personajes: Están lanzando activamente nuevas líneas, como los “Skullpanda”, para ver qué más pega.
Experiencias: Ya abrieron “Pop Land”, un parque temático en Beijing donde puedes pasar el rato con Labubus de tamaño real y otros personajes.
Contenido: Están planeando una serie animada de Labubu y, en junio, fundaron su propio estudio de cine.
Quieren que dejes de gastar $15 en una caja y empieces a gastar $150 en entradas para el parque, productos y entradas de cine. En este momento, menos del 10% de sus ingresos proviene de licencias. Su objetivo es hacer crecer ese número, y rápido.
¿Por Qué Debería Importarme?
Porque esto es más grande que un juguete bonito. Es una prueba de fuego para el poder cultural global. Disney y Mattel demostraron que las IP (propiedad intelectual) estadounidenses pueden dominar el mundo. Pop Mart está tratando de demostrar que una IP china también puede hacerlo.
Pero tienen un obstáculo único que Disney no tiene: el gobierno chino.
El Partido Comunista se ha “fascinado” con el fenómeno Labubu. Según se informa, el departamento de propaganda se reunió con los ejecutivos de Pop Mart y les hizo una pregunta simple: ¿Por qué sus juguetes no son “más chinos”?
Esta es la trampa. Pop Mart tuvo que explicarles que, para vender en París y Nueva York, los productos “abiertamente chinos” no funcionan tan bien. Están caminando sobre una cuerda floja política: necesitan mantener contentos a los compradores globales (que quieren diseños geniales y universales) y al mismo tiempo mantener contento a Beijing (que quiere exportar la cultura china).
El resumen
Pop Mart conquistó el mundo con muñecos adorables y una estrategia de marketing adictiva. Ahora, están intentando hacer el salto más difícil del mundo empresarial: pasar de ser un “producto de moda” a un “imperio de entretenimiento” duradero.
Tienen el dinero y el plan (copiar a Disney y Barbie), pero se enfrentan a dos grandes jefes finales: la posibilidad de que nos aburramos de sus juguetes y la posibilidad de que su propio gobierno decida “inmiscuirse” en su éxito.



